La política de desindustrialización dispara las importaciones textiles y pone en jaque al empleo federal
La componente de productos importados tiene una presencia en el 67% de las prendas que se consumen en el país
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22.05.25. La política de desindustrialización dispara las importaciones textiles y pone en jaque al empleo federal
Las importaciones de ropa y textiles del hogar se dispararon en el primer trimestre del año marcando un récord histórico: crecieron un 86% y 109% interanual en volumen, respectivamente. Lo más preocupante es que, si bien las cantidades importadas prácticamente se duplicaron, los valores en dólares crecieron mucho menos. Esto indica que muchos de estos productos están ingresando al país a valores + significativamente más bajos que en 2024 e incluso por debajo de los valores registrados en los últimos 11 años. Como se detalla en el Cuadro 1, el valor promedio por kilo de indumentaria y confecciones en lo que va de 2025 es un 26% menor al de 2024, ubicándose en su nivel más bajo en comparación histórica.
Una situación similar se observa en las importaciones de tejidos, que también muestran una tendencia creciente en volumen, pero a precios muy por debajo de los niveles históricos. El caso más alarmante es el de los tejidos de punto: durante el primer trimestre ingresaron más de 30.000 toneladas, un volumen que no se registraba desde hace más de una década. Esto representa un incremento del 155% en comparación con el mismo período de 2024 y supera en un 41% el récord anterior de 2022. Sin embargo, mientras el volumen se disparó, el valor en dólares aumentó solo un 79%, lo que implica una fuerte caída en el precio promedio por kilo.
Esto refuerza las sospechas de prácticas de subfacturación que podrían haberse generado al calor de la eliminación de los valores criterio y controles en Aduana. Como ejemplo, los tejidos de punto importados están ingresando al país durante el primer trimestre del 2025, a un precio FOB promedio un 45% más bajo que el precio FOB promedio registrado durante el 1º trimestre del período 2015-2024.
Gráfico 1. Variación porcentual de importaciones por categoría. 1ºtrim-25 vs. 1ºtrim-24
Fuente: Fundación Pro Tejer en base a fuentes externas.
Cuadro 1. Precios de importación por categoría
Fuente: Fundación Pro Tejer en base a fuentes externas.
¿Por qué se está importando tantas cantidades y a precios tan bajos?
Este fenómeno responde a una combinación de factores estructurales y de diseño de política económica. En lo que respecta específicamente a los precios de importación por debajo de los valores regulares, se destacan las siguientes causas:
- Desregulación comercial: En los últimos meses, se han desmantelado herramientas indispensables de administración del comercio exterior. Entre las principales medidas, se destaca la derogación de los valores criterio de importación —precios de referencia mínimos utilizados para detectar subfacturación—, la flexibilización de los controles aduaneros tal como la eliminación del canal rojo de fiscalización, la supresión del control aduanero del etiquetado de productos textiles y la eliminación de la Declaración Jurada de Composición del Producto, que exigía detallar los materiales que componían los productos.
Además, se modificó el régimen antidumping recientemente reglamentado, reduciendo su alcance: ahora, el pago del derecho correspondiente se aplica bajo un procedimiento más flexible y con un plazo de aplicación más breve, incluso cuando se comprueba que un producto ingresa por debajo de su valor normal de mercado.
A estas decisiones se suma la ausencia de medidas destinadas a proteger la salud de la población, tales como la prohibición o control de sustancias nocivas presentes en los productos textiles que consumimos.
- Excedentes de producción a nivel global y desvío de comercio a países con menos regulaciones: El contexto internacional muestra un creciente excedente de producción textil, especialmente en Asia, como resultado de la caída de la demanda en mercados clave —producto de la guerra comercial y de regulaciones más estrictas en regiones como la Unión Europea y Estados Unidos—. Este exceso de stock se está volcando hacia países con menores barreras comerciales, como Argentina, muchas veces a precios de descarte. A esto se suma la ubicación geográfica del hemisferio sur, que lo convierte en un destino preferencial para el remanente de temporadas anteriores del hemisferio norte. Estos productos también ingresan al país por debajo de los valores de mercado, lo que profundiza la competencia desleal y agrava el impacto sobre la producción local.
A esta realidad se le suman otros factores de política económica del actual Gobierno que incentivan aún más la importación, tales como:
- Apreciación del peso argentino: Desde la devaluación de diciembre de 2023 a la actualidad el tipo de cambio multilateral se apreció 38%, recuperando niveles preliminares a la devaluación. Esto abarata el consumo de productos importados e incluso fomenta el turismo de compras al exterior, en un contexto donde la producción local enfrenta costos crecientes en dólares. Al mismo tiempo, las medidas de alivio fiscal prometidas durante la campaña electoral aún no se han concretado, lo que agrava la situación del sector productivo nacional.
- Reducción de aranceles. A fines de marzo de 2025, el Gobierno facilitó las importaciones con una baja de aranceles para los productos textiles. Mientras sigue demorando las reformas impositivas y laborales que den competitividad a la agregación de valor nacional. Esto genera un fuerte incentivo a la importación de bienes finales e intermedios en detrimento de todos los eslabones productivos de la cadena, afectando desde productores de fibra hasta confeccionistas, ya que solo reduce el valor por el que se importan estos productos.
Consecuencia: Pérdida de participación nacional en el consumo nacional
Este conjunto de medidas y condiciones configura un escenario de creciente vulnerabilidad para la producción local, que enfrenta una mayor exposición a la competencia desleal proveniente del exterior.
Como evidencia el Gráfico 2, en el primer trimestre del año las importaciones incrementaron significativamente su participación en el consumo aparente textil e indumentaria. De hecho, la componente de productos importados tiene una presencia en el 67% de las prendas que se consumen en el país, el nivel más alto de la serie.
Gráfico 2. Composición del consumo aparente textil entre parte importada y nacional. Desde la materia prima hasta la prenda final.
Fuente: Fundación Pro Tejer en base a fuentes externas.
La creciente pérdida de participación de la producción nacional sobre el consumo aparente desde 2015 en adelante no solo evidencia la presión externa que enfrenta actualmente la industria textil, sino también un proceso sostenido de debilitamiento estructural del entramado productivo local.
Este retroceso se comienza a traducir en el cierre de empresas, pérdida de empleo y de eslabones clave dentro de la cadena de valor y una racionalización forzada del sector que opera en condiciones desfavorables, mientras compite con productos importados favorecidos por la política económica, con consecuencias negativas para el alto grado de desarrollo tecnológico alcanzado y en la inversión futura, profundizando la dependencia externa, en detrimento de la soberanía productiva.
Sin una visión estratégica de largo plazo y una política de Estado que promueva la inversión, la innovación y el fortalecimiento de la industria local y, a su vez, persiga la meta de una competitividad justa con condiciones estructurales niveladas, la industria nacional y el sector textil en particular, no podrá mantener su nivel de actividad, ni la cuantía del empleo federal, ni crecer ni desarrollarse tecnológicamente, en un país que necesita más que nunca de todos los beneficios que pueden aportar las cadenas de valor industrial.
El país necesita incluir en el diseño de su política económica, condiciones apropiadas que permitan el fortalecimiento y el desarrollo industrial de Argentina, y esto se logrará mediante políticas activas y sostenidas en el tiempo. Como lo han hecho todos los países desarrollados del mundo.