Una vez más, el Precio de la Ropa es lo que menos aumenta en Argentina, en un contexto de caída de las importaciones textiles
Ya son casi dos años consecutivos en los que los precios de la ropa crecen por debajo de la inflación. Así lo confirman las estadísticas del INDEC: en los últimos 17 meses, el crecimiento interanual del IPC de la ropa se sitúa por debajo del promedio general. Entre enero y noviembre de 2024, la inflación fue de 112% interanual mientras que el aumento en prendas de vestir y calzado fue 82% (-30 p.p. por debajo de la media), siendo esta última la categoría de menor aumento relativo de precios en lo que va del año.
Este fenómeno se da en paralelo con una caída de las importaciones textiles. En los primeros 10 meses del año, las importaciones de productos textiles se redujeron -28% en toneladas, siendo una de las cifras más bajas de los últimos años. Esta caída que se produce de forma generalizada en todos los rubrostextiles y responde a una caída del consumo fruto de la pérdida de poder adquisitivo sumado a la demora que llevó recomponer los pagos al exterior por importaciones pasadas. Los ingresos desde el exterior de prendas y confecciones cayeron -15% en cantidades; textiles técnicos y telas sin tejer, -5%; tejidos, -25%; e hilados, -50%.
Gráfico N°1 | Cantidades importadas de productos textiles en Toneladas
La ocurrencia simultánea de ambos fenómenos -caída de precios y caída de importaciones- refuta uno de los mitos más escuchados recientemente vinculado a que la apertura comercial disciplina precios. En contraposición a la creencia generalizada, vemos que la dinámica de los precios de la ropa se correlaciona con otros factores, que están disociados con los niveles de importación de productos textiles.
El primer aspecto es la volatilidad macroeconómica. Argentina es uno de los países más oscilantes del mundo: desde 1965 en adelante no creció más de 8 años consecutivos y se encuentra en el puesto N°2 del ranking de países con más años de recesión.
Ahora bien, ¿cómo esta volatilidad impacta en los precios de la ropa? Como vemos en el siguiente gráfico, hay un comportamiento pro-cíclico de los precios en relación con la actividad económica. Cuando cae la actividad en la economía en general, cae el consumo interno afectado por la pérdida del poder adquisitivo y el nivel de empleo. Por tanto, aumentan los costos unitarios, ya las empresas se les dificulta cubrir los costos, deprimiendo la rentabilidad hasta niveles incluso negativos. Niveles insostenibles en el tiempo. En periodo de crecimiento los precios aumentan por encima del nivel general y se intenta recuperar solo parte de lo perdido. Sin embargo, resulta oportuno aclarar que los precios relativos de la ropa se situaron por debajo del promedio en 64 de los 96 meses que releva el IPC.
Gráfico N°2: Estimados mensual de actividad económica (EMAE) e IPC relativo de prendas y calzado. Serie desestacionalizada promedio móvil 3 meses | Var. i.a. (%) | Base 100= IPC nivel general
El segundo aspecto, se relaciona con la metodología del IPC y, específicamente, con los componentes de bienes y servicios en cada categoría. Los períodos de mayor inflación relativa del rubro prendas y calzado con relación al promedio coincide con períodos donde se subsidia -y por ende se pisan- los servicios regulados, tales como transporte, energía, agua. La mayor parte de las categorías del IPC contiene
servicios en su interior empujando a la baja el promedio del nivel general. El sinceramiento de precios más reciente, con eliminación de subsidios directos, genera que en la actualidad los precios de los servicios registren incrementos por encima del nivel general.
Por último, en cuanto a los niveles de precios de la ropa en Argentina, es necesario destacar que el 80% del precio de una prenda comercializada en un shopping está relacionado con costos fuera de fábrica, tales como impuestos, alquileres, costos financieros asociados a compra en cuotas y promociones.
Además, en un shopping la mayor parte de las prendas comercializadas (80%) son importadas por lo que claramente el origen de la prenda no hace al precio. Solo el 8% del precio de mostrador esta explicado por la industria.
Figura N°1: Composición del precio de una remera de marca premium comercializada en Shopping.
Esta realidad deja entrever algunas cuestionesfundamentales para resolver la raíz del problema atacando sus verdaderas causalidades y construir una agenda de propuestas para mayor progreso futuro.
El primer punto es que la consecuencia de la apertura y desregulación comercial no es una caída de los precios de la ropa, sino una mayor desprotección del consumidor. La eliminación o flexibilización de medidas de resguardo de comercio leal no tendrían como efecto una caída de los precios de la ropa. Por el contrario, generarían menor bienestar para el consumidor, afectación a la competencia justa y al funcionamiento del mercado. Sobre todo teniendo en cuenta que los productos textiles importados se producen bajo condiciones laborales y ambientales indignas (sobre todo en Asia), que cuenta con excedentes de ropa de temporadas pasadas del Hemisferio Norte plausibles a ser ingresadas por debajo de los costos de producción (maniobras de dumping y subfacturación) y que puede tratarse de importación de ropa que contenga productos químicos nocivos en su composición que dañen la salud del consumidor.
Además, las mayores importaciones traerían otras consecuencias negativas, tales como un debilitamiento de nuestra capacidad productiva local, pérdidas de puestos de trabajo y oficios y consecuentemente una mayor desocupación, conjuntamente con una excesiva dependencia de productos del exterior en un país con recurrentes crisis cambiarias, una mayor vulnerabilidad a las fluctuaciones internacionales y la pérdida de la oportunidad de inversiones futuras y nuevos puestos de trabajo, en un sector estratégico innovador y sostenibles.
La segunda conclusión es que la estabilidad macroeconómica bajo un modelo alineado a la producción es una condición necesaria -aunque no suficiente- para optimizar el rendimiento del capital invertido y mejorar la sustentabilidad de las actividades productivas en Argentina. A su vez, reducir la incertidumbre ayuda a mejorar decisiones futuras de negocio. En este sentido, es oportuno destacar qué significa un esquema macroeconómico compatible con un país productivo: tipo de cambio competitivo y estabilidad cambiaria, baja tasa de interés y acceso al financiamiento para la producción y baja inflación.
La última reflexión refiere a la importancia de implementar medidas de alivio fiscal a la producción para ganar competitividad en toda la cadena de valor teniendo en cuenta que el 50% del precio de venta de una prenda de marca premium corresponde a impuestos. Así como también entender, el peso que tienen los costos de comercializar en Argentina, la diversidad de canales existentes que hacen a la amplitud de precio de la ropa y como estos inciden en el precio final de venta al público, sobre todo en un mercado de baja escala.
Hoy, más que nunca, es urgente abrir un espacio de reflexión en nuestra sociedad y entre los tomadores de decisiones políticas sobre un prejuicio ampliamente difundido en nuestra sociedad que resulta muy cuestionable: la creencia de que las importaciones disciplinan los precios. Este argumento, que en apariencia busca promover la competencia y reducir costos para los consumidores, en realidad impulsa medidas económicas con consecuencias estructurales y sociales muy graves.
A medida que nuestra economía se enfrenta a retos globales y locales debemos cuestionar si, de verdad, el aumento de las importaciones es la respuesta más apropiada a los problemas económicos que enfrentamos. Es momento de pensar en un futuro donde el desarrollo económico sea una política de estado. El verdadero avance económico se construye sobre bases sólidas, desarrollando una industria nacional fuerte, competitiva y pujante, para que esto suceda la política tiene que generar las condiciones apropiadas, y no caer en la tentación de implementar medidas oportunistas que comprometen nuestro futuro productivo.